Bachiller General Instituto Turno
Vespertino del Benemérito Instituto Normal del Estado “Juan Crisóstomo
Bonilla”.
Alumno: Aldo Guarneros Monroy.
Grado y Grupo: 1°B
Tema: El deshielo de los glaciares.
No. De lista: 15.
El
derretimiento de los glaciares es un fenómeno que no es reciente pero cuyas
consecuencias se han ido agravando en los últimos tiempos, el derretimiento de
los glaciares está provocando grandes cambios en las condiciones climáticas y
biológicas de nuestro planeta, al aumentar los niveles de las superficies de
agua y reducir las áreas habitables.
El aumento de las temperaturas
promedio ya afectó al estado de salud de la mayoría de los glaciares del
planeta. También a los enormes mantos de hielo que están en Groenlandia, en el
hemisferio Norte, y en la Antártida, en el hemisferio Sur. Ese retroceso de los
glaciares y ese derretimiento de los mantos de hielo durante las próximas
décadas tienen su impacto en la vida de las poblaciones que viven en zonas costeras
porque puede aumentar el nivel del mar. La incertidumbre ahora está en cuándo
ocurrirá y cuánto impactará en toda la Tierra.
El retroceso
de los glaciares afecta la
disponibilidad de agua fresca para riego y uso doméstico, recreación de
montaña, animales y plantas que depende del deshielo glaciar y, a más largo
plazo, al nivel de los océanos. Estudiado por glaciólogos, la coincidencia
temporal del retroceso glaciar con el aumento de gases de efecto invernadero
observado en la atmósfera se cita frecuentemente como prueba de apoyo al
calentamiento global.
Generalmente es
un problema donde se ha detectado una coincidencia, que quizás sea una
relación, entre el comienzo del proceso
de retroceso de los glaciares y el aumento de la emisión del gas invernadero,
que ocasiona el aumento de la temperatura global del planeta.
Se sabe, que este gas invernadero está
directamente relacionado con la acción del hombre; por lo que se presume que el
hombre, con su accionar, vinculado directamente a la emisión de gases invernaderos,
está teniendo una incidencia indirecta en el descongelamiento de los glaciares.
Sin embargo, el clima es un fenómeno muy complejo y su regulación se está
investigando.
La subida del
nivel del mar provocado por el deshielo de los casquetes polares está
íntimamente relacionada con el aumento de la temperatura de la Tierra en los
últimos años. El 90 % del hielo del mundo se concentra en el Polo Sur y tiene
un espesor de 2.133 metros. Muy a largo plazo, esto significa que, si todos los
bloques de hielo de esta zona se derritiesen, el nivel del mar podría aumentar
más de 60 metros. Sin
embargo, la subida del nivel del mar no es la única consecuencia del deshielo
de los casquetes polares, sino que este fenómeno provoca grandes cambios en los
ecosistemas marinos.
Sin embargo,
se pueden resolver varias aclaraciones debido al deshielo de los polos, además
unas de ellas son ¿Aumentará el nivel del mar? ¿Es tan preocupante la situación
de los glaciares y los mantos de hielo? ¿La subida del nivel del mar podría
tener consecuencias graves para todos los ecosistemas marinos, tanto de la zona
polar como del resto del mundo?
Glacio-hidrología:
presencia de hielo en la hidrosfera (mares, lagos y ríos).
Glacio-meteorología:
presencia de hielo en la atmósfera.
Glacio-climatología:
condiciones climáticas de existencia y destrucción del hielo
Las grandes
masas de hielo que cubren los polos del planeta y las zonas altas de grandes
cadenas montañosas del mundo se llaman glaciares, a pesar de que son de dos
tipos distintos.
Los glaciares
son los restos de la gran cobertura de hielo que se extendió sobre una buena
parte de las latitudes altas de la Tierra durante las últimas glaciaciones del cuaternario.
Tienen una gran importancia como agentes erosivos de primer orden y constituyen
una gran reserva de agua dulce del planeta.
Los glaciares
se forman al acumularse la nieve caída en los fondos y laderas de los valles, en zonas de alta montaña. Los espesores pueden
alcanzar grandes proporciones, si la nieve perdida en los deshielos es inferior
a la que se acumula durante las nevadas. Su masa compacta se producen porque
cada nevada comprime las nieves caídas con anterioridad. Si el calor no logran
fusionar el hielo, va aumentando de grosor y comienza a desplazarse hacia el
fondo del valle.
La densidad
de la nieve aumenta con la profundidad. En la base del glaciar se produce la
mayor densidad por efecto del peso del hielo que tiene que soportar. Pero este
hielo de la base del glaciar fluye como si fuera líquido. El centro del glaciar
se mueve más rápidamente que las masas laterales, por ello se producen roturas,
tensiones y estiramientos que se manifiestan en enormes y profundas grietas en
las capas superiores. El
glaciar se va desplazando y arrancando las rocas salientes que encuentra a su
paso. A estos fragmentos de rocas se les llama Morrenas. En la zona final del
glaciar, donde se produce el deshielo, se forman pequeñas colinas cuyo conjunto
recibe el nombre de Morrena terminal. Mientras
el glaciar sigue manteniendo alimentación de nieve en la parte alta, se
mantiene el deslizamiento valle abajo. Finalmente el glaciar se derrite o
desmiembra formando arroyos.
El aumento de
temperatura ocasionado por el efecto invernadero, tiene como consecuencia el
deshielo de los glaciares y casquetes polares, que desde los últimos años se ha
venido observando de manera evidente. En los cinco continentes se están
derritiendo los hielos perennes y las consecuencias ya afectan al nivel del
mar, a la flora y fauna polar, así como las corrientes oceánicas y circulación atmosférica.
El Programa
de la ONU para el Medio Ambiente, advierte que cientos de millones de personas
se verán afectadas por la disminución de los glaciares “solamente la pérdida de
los glaciares de Asia afectaría al 40% de la población mundial”.
Los efectos
de alcance global tendrían cambios sustanciales en la disponibilidad de agua
para beber y para riego, así como el aumento en el nivel del mar y cambios en
los patrones de circulación del agua en los océanos, y la amenaza a la
supervivencia de especies de flora y fauna que sobreviven en dichos
ecosistemas, entre otros.
Los efectos de alcance global tendrían
cambios sustanciales en la disponibilidad de agua para beber y para riego, así
como el aumento en el nivel del mar y cambios en los patrones de circulación
del agua en los océanos, y la amenaza a la supervivencia de especies de flora y
fauna que sobreviven en dichos ecosistemas, entre otros.
En la
Antártida y Groenlandia están las capas de hielo que contienen el 98% del agua
fresca congelada del planeta y, como estimación, si Groenlandia se derritiera
por completo el aumento del nivel del mar llegaría hasta siete metros.
Estudios
realizados por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y el Consejo Internacional
para la Ciencia (ICSU), muestran que el deshielo del Ártico y en Groenlandia es
más acelerado de lo que se había previsto, y a la fecha se han perdido
importantes masas de hielo. También se están observando efectos que no se
habían previsto como es el enfriamiento de las corrientes de los fondos
oceánicos cercanos a la Antártida, provocado por el derretimiento del hielo, y
el cual podría afectar la circulación oceánica.
Las
investigaciones también han identificado grandes reservas de carbono almacenado
como el metano en el permafrost (capa profunda del suelo permanentemente
helada). El deshielo del
permafrost amenaza con desestabilizar el metano (un gas de efecto invernadero)
almacenado y enviarlo a la atmósfera. De hecho los investigadores ya han podido
observar emisiones sustanciales de metano procedentes de los sedimentos
oceánicos. Esto demuestra que el deshielo de los casquetes polares afecta de
maneras que no se tenían previsto.
El
calentamiento global tiene un efecto cíclico, ya que el deshielo de las capas
de hielo expone a las tierras y agua, a la absorción de luz solar lo que
aumenta más la temperatura. Investigaciones
muestran que las capas de hielo y nieve del planeta están íntimamente ligadas a
la vida en el resto del planeta, por lo que las consecuencias del cambio
climático en estos ecosistemas “no sólo afectarán a quienes viven o trabajan en
zonas polares o montañosas” si no tendrían un efecto global.
Imágenes
satelitales indican que cada año se desvanece hasta un 4% de la capa de hielo.
El WWF prevé, además, un aumento de temperatura de entre 4 y 7 grados en los
próximos 100 años. En tales condiciones, el Polo Norte podría haberse derretido
por completo a fines del presente siglo, según el profesor Peter Wadhams, de la
Universidad de Cambridge.
Groenlandia
está configurada en un 85% por hielo, si éste llegara a derretirse por
completo, el nivel del mar podría aumentar en casi 7 metros. Un sólo metro de
aumento, sin embargo, pondría en peligro a 17 millones de personas que habitan
en regiones bajas.
El deshielo
de los glaciares y casquetes polares es un problema que nos afecta a todos,
inclusive a los habitantes de climas tropicales. Actualmente muchos países
están reduciendo sus emisiones de gases y el uso de bicicletas como transporte alternativo,
y está ganando adeptos, en especial en países de primer mundo, pero es
necesario que todos estemos enterados y
tomemos cartas en el asunto para poder hacer cambios reales.
Sin embargo,
la subida del nivel del mar no es la única consecuencia del deshielo de los
casquetes polares, sino que este fenómeno provoca grandes cambios en los
ecosistemas marinos. Por un lado, el deshielo perturba gravemente la fauna y la
flora de las regiones costeras y cambia completamente la vida en la zona polar.
Por otra parte, también se alteran las corrientes oceánicas, lo que puede
provocar temporales y fenómenos climáticos adversos.
Según las
predicciones realizadas sobre la situación actual, en el año 2100, el nivel del
mar podría crecer hasta 160 centímetros si no se toman medidas. Sin embargo,
podemos considerar esta previsión como una llamada de atención para continuar
con la lucha contra el cambio climático, trabajando en el desarrollo de
tecnología verde y poniendo en marcha actuaciones para mitigar el calentamiento
global.
El hielo
marino del Océano Ártico ha estado disminuyendo durante décadas. Los
investigadores de la NASA, del Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo, y de
otras entidades, han utilizado satélites para detectar una pérdida de 5,3 millones
de kilómetros cuadrados de hielo, en setiembre del 2005.
El hielo del
Polo norte se derrite con más rapidez de lo que hasta ahora se pensaba: dentro
de cien años, el hielo podría haber desaparecido por completo del Ártico.
Imágenes satelitales indican que cada año se desvanece hasta un 4% de la capa
de hielo. En tales condiciones, el Polo Norte podría haberse derretido por
completo a fines del presente siglo, según el profesor Peter Wadhams, de la
Universidad de Cambridge. Groenlandia está configurada en un 85% por hielo. Si
éste llegara a derretirse por completo, el nivel del mar podría aumentar en
casi 7 metros. Un sólo metro de aumento, sin embargo, pondría en peligro a 17
millones de personas que habitan en regiones bajas.
Los
científicos acuerdan que la Tierra está calentándose lentamente. El fenómeno de
la aumentación de la temperatura de la superficie se llama el calentamiento
global. El calentamiento global está
causando una serie de cambios climáticos en la Tierra.
El deshielo
de los polos es causado principalmente por calentamiento global. Este, a su vez
es provocado por el mal funcionamiento del efecto invernadero, el cual es un
procedimiento natural del planeta. Debido a la presencia del gas CO2 y algunos
otros, la Tierra tiene la posibilidad de retener en la atmósfera el calor que
se recibe de la radiación solar. Esto es importante para el
mantenimiento de la vida dentro del planeta.
No obstante,
al darse el aumento en las actividades industriales que producen CO2, aumenta
la cantidad de calor retenido en la atmósfera terrestre. El efecto directo
sobre los cascos polares es su deshielo. Debido a la posición de estos cascos
en el globo, la cantidad de radiación recibida es poca, además de que se
refleja aproximadamente el 80% de esta radiación. De esta manera se mantiene el
ecosistema frío, pero con el exceso de calor, la capa mayor de hielo desaparece
a pasos agigantados.
Los glaciares
se forman al acumularse la nieve caída en los fondos y laderas de los valles,
en zonas de alta montaña. Los espesores pueden alcanzar grandes proporciones,
si la nieve perdida en los deshielos es inferior a la que se acumula durante
las nevadas. Su masa compacta se produce porque cada nevada comprime las nieves
caídas con anterioridad. Si el calor no logra fusionar el hielo, éste va
aumentando de grosor y comienza a desplazarse hacia el fondo del valle,
arrancando las rocas salientes que encuentra a su paso. A estos fragmentos de
rocas se les llama morrenas. En la zona final del glaciar, donde se produce el deshielo,
se forman pequeñas colinas cuyo conjunto recibe el nombre de morrena terminal.
Los glaciares
se forman en sitios donde la cantidad de nieve que se acumula es mayor que la
cantidad de nieve que se derrite a lo largo de los años. Para que esto ocurra,
se tiene que dar una combinación específica de factores topográficos y
climáticos que permitan que la nieve acumulada pueda sobrevivir por periodos
prolongados de tiempo.
En general
esta combinación de factores se cumple en regiones polares y/o zonas montañosas
donde imperan las bajas temperaturas y donde existen precipitaciones
suficientes como para no perderse completamente durante el verano. A nivel
local y en zonas montañosas sobre todo, el relieve y aspecto de las laderas
también es importante ya que pueden propiciar la formación de glaciares en
sitios fríos y sombríos protegidos de la radiación solar o en sitios donde
normalmente el viento o las pendientes acumulan mayor cantidad de nieve luego
de las tormentas.
Con el paso
del tiempo, el peso de la nieve acumulada va compactando la nieve de años
anteriores la que gradualmente se va transformando en una masa de nieve densa y
de textura granular (neviza, firn o nevé) hasta alcanzar el estado de hielo
glaciar.
Muchos
glaciares poseen una capa de escombros (detritos, rocas) de unos pocos
centímetros a varios metros de espesor que puede cubrir total o parcialmente
las porciones terminales de la lengua glaciaria. Estas rocas generalmente
provienen de las laderas contiguas al glaciar y pueden ser transportadas en la
superficie del hielo por varios kilómetros o bien incorporadas al cuerpo del
glaciar a través de grietas u otras irregularidades
Los glaciares
también tienen asociados cursos de agua originados por el deshielo o por lluvia
caída sobre su superficie. Dichos arroyos pueden recorrer distancias variables
sobre el hielo. Pero en muchos casos son incorporados al cuerpo del glaciar a
través de grietas y otras aberturas para finalmente llegar a la base del mismo
donde tienen una importante influencia tanto en el movimiento de la lengua de
hielo como en su capacidad para erosionar la superficie terrestre.
Las
temperaturas de los glaciares son muy bajas. Las medias de todos los meses se
sitúan por debajo de los 0 ºC, y puede haber meses con medias inferiores a los
-60 ºC. La oscilación térmica anual es acusada y puede variar, según los
lugares, entre los 20 y los 40 ºC,
entre las medias del mes más frío
y las del mes menos frío.
La oscilación
térmica diaria también pude llegar a ser contrastada, con más de 20 ºC de
diferencia, pero esto sólo ocurre en las estaciones intermenidas, con día y
noche. Se puede considerar que nunca se superar los 0 ºC, ni aún en las máximas
absolutas. Esto quiere decir que jamás hay agua líquida. El hielo acumulado se evacua por medio
de la dinámica de los glaciares. El frío superficial provoca una fuerte
inversión térmica en altura, por lo que la temperatura asciende rápidamente a
medida que se gana altitud.
No existen
estaciones, es un invierno permanente. No obstante, se distinguen estaciones
por la cantidad de horas de sol diarias que puede ir de la noche a los días que
se extienden durante meses.
Uno de los
elementos climáticos más relevantes son los fuertes vientos superficiales. En
la Antártida descienden desde las altas planicies hasta la costa, con las
velocidades más altas del mundo. Son los vientos catabáticos. Los vientos
provocan fuertes ventiscas de hielo y nieve, en la que se mezcla el arrastre de
nieve ya caída con las escasas precipitaciones.
La biocenosis
es, en la práctica, imposible, ya que no hay ni suelo, ni vegetación, ni fauna.
No obstante, la vida bacteriológica de los grandes hielos está siendo
estudiada. En el interior de las grandes masas de hielo, en donde debido a la
presión el hielo se vuelve a convertir en agua, existen lagos con una vida aún
por estudiar. Se trata de una vida adaptada a las congelaciones periódicas, aún
poco conocida.
Los animales
de la zona polar son especies endémicas, es decir, propias de la región. La
mayoría de los mamíferos se caracteriza por el pelaje blanco, puesto que lo
utilizan de camuflaje, para protegerse o atacar a sus presas. En la actualidad,
las especies polares se ven potencialmente amenazadas, puesto que existen áreas
del ártico que tienen niveles excesivos de contaminantes y además se ven
afectadas por la disminución de la capa de ozono. En diferentes partes del
ártico, existen acuerdos para conservar la fauna polar, que muchas veces son
pasados a llevar por hombres con falta de consciencia en la protección de la
flora y fauna ártica
La flora es
casi nula debido a las duras condiciones climáticas de la zona. Destacan, entre
otros, el extraño alga llamado chromomorphis sanctaclaussis, que cambia de
color según la hora: al amanecer es rojo, al mediodía es amarillo, en la tarde
es naranja y en la noche emite luz fluorescente (si se le pone luz en la noche
cambia a azul). Pero la especie más importante es el toromiro o árbol de pascua
que es el árbol nacional del Polo. Es el único árbol del mundo que no necesita
de tierra en su medio natural ya que se aferra al hielo con raíces especiales.
Estos mismos fluyen
porque el hielo que contienen se deforma bajo el influjo de la gravedad, según
la ley de flujo del hielo, y porque el glaciar se desliza lentamente sobre el
lecho basal si el hielo está a 0ºC (glaciares “temperados”, el caso de la gran mayoría
de glaciares en la Cordillera de los Andes). Si el hielo en la base del glaciar
se encuentra a temperaturas negativas (glaciares “fríos”), no se desliza sino
que se adhiere al material sub-glacial y el glaciar fluye solamente por deformación
de la masa de hielo.
El drenaje de
los campos de hielo considera la existencia de glaciares emisarios, los cuales
se originan desde el interior de grandes masas de hielo (campos de hielo o
hielos continentales), adoptando la forma de corrientes de hielo. Las cuencas
por las cuales fluyen estos glaciares emisarios son depresiones de la
superficie del sistema mayor que los alberga. Su cuenca de alimentación puede
ser identificada por la presencia de grietas transversales. Brüggen (1928),
considera a los glaciares emisarios como glaciares marginales, pertenecientes a
la zona de ablación de un sistema, que involucra la existencia de un campo de
hielo correspondiente a la zona de acumulación o alimentación. La función
principal de estos glaciares marginales es entregar el exceso de hielo a
canales en forma de témpanos, es decir, descargar el hielo desde zonas centrales
o grandes acumulaciones a zonas periféricas.
La producción
de témpanos, se relaciona con la tasa de descarga y de flujos que permiten la
eliminación del exceso de carga proveniente de las partes altas y por ende, son
uno de los mecanismos de pérdida de masa del glaciar. Otra característica es la
velocidad del flujo, la cual puede ser más rápida y no seguir la dirección de
la totalidad de la masa de hielo. Uno de los principales factores internos que
provoca el desprendimiento de témpanos en los márgenes frontales de un glaciar
es la sustentación que otorga la base en que se está desplazando o reptando ese
cuerpo
En ambientes
de alta montaña, los glaciares pueden presentar una cobertura detrítica
superficial continua, conocida con el nombre de debris covered glacier. Esta
capa produce, tanto en la zona de acumulación, como en la zona de ablación, un
proceso progresivo de adelgazamiento de masa que genera una importante
acumulación de detritos en ambientes supraglaciale.
Durante las
estaciones cálidas, algunos liberan agua de deshielo debido a su derretimiento
y crean cuerpos de agua importantes para la fauna y la flora, sin dejar de lado
su utilidad para los seres humanos. Son la mayor reserva de agua dulce del
planeta, conteniendo hasta tres cuartas partes de ésta.
Partes de un
glaciar.
Área de
acumulación. Es la zona elevada más alta del glaciar, donde cae la nieve.
-Área de
ablación. Zona donde ocurren los procesos de fusión y evaporación, y donde se
alcanza el equilibrio.
-Grietas. Se
forman en las zonas donde el glaciar fluye rápidamente.
-Morrenas
glaciares. Son bandas oscuras de sedimentos comunes en los bordes y partes
superiores del glaciar. Se forman cuando éste arrastra restos de roca y barro
mientras se desliza.
-Terminal. Es
el extremo inferior del glaciar, y como se puede suponer, donde finaliza.
Clasificación
de los glaciares.
Glaciares de
latitudes medias.
Este gran
grupo lo forman aquellos glaciares que están situados entre el Trópico de
Cáncer y el Círculo Polar Ártico, o entre el Trópico de Capricornio y el
Círculo Polar Antártico. Estas dos grandes zonas de la Tierra contienen
fundamentalmente glaciares de montaña entre los que destacan los del Himalaya,
los Alpes, las Montañas Rocosas, los Andes y Nueva Zelanda. Los glaciares de
estas regiones suelen ser extensos y tienden a ser más y más extensos cuanto
más cerca se encuentran de uno de los círculos polares. Este grupo ha sido
estudiado con detenimiento durante los últimos 150 años y casi todos sus
glaciares tienen un balance de masa negativo, es decir, están retrocediendo. Glaciar
temperado: es aquel que está, con excepción de las capas superficiales, a la
temperatura de fusión.
Glaciares
tropicales.
Los glaciares
tropicales están situados entre el Trópico de Cáncer y el Trópico de
Capricornio, en una gran franja alrededor del Ecuador. Estos glaciares son poco
habituales por varias razones. En primer lugar, esta región es una de las más
cálidas del planeta. En segundo lugar, en estas latitudes las estaciones
prácticamente no existen y la temperatura es cálida durante todo el año,
provocando que prácticamente no nieve y, por lo tanto, sea difícil que se acumule
hielo. En tercer lugar, en los trópicos hay pocas montañas que sean
suficientemente altas como para tener temperaturas bajas que permitan a un
glaciar establecerse.
Glaciares
polares.
A pesar de su
importancia para la civilización, los glaciares tropicales y de latitudes
medias sólo representan el 1% de todo el hielo que existe en la Tierra. El 99%
restante está en la Antártida y Groenlandia.
Glaciares
responden a los cambios leves pero prolongados en el clima. Por lo menos
algunos aspectos de estos cambios climáticos pueden ser deducidas de la
observación de fluctuaciones de los glaciares. Esta relación útil fue la base
para la actividad científica a partir de los siglos 18 y 19, y condujo
directamente a la formación de la Comisión Internacional de Nieve y Hielo en
1894.
El estudio de
las fluctuaciones de los glaciares es relevante para la comprensión del clima y
el cambio climático en escalas temporales de años a un siglo o más, y en el
ámbito regional a escalas espaciales globales. A medida que los glaciares
aumentan y disminuyen, almacenan o liberan agua; esta "regulación
natural" de la escorrentía de las zonas glacierized es fundamental para el
abastecimiento de agua y su uso en muchas zonas de montaña.
Una de las
consecuencias más graves del calentamiento global está aumentando el nivel del
mar. Con tanta actividad humana se concentra a lo largo de las costas y áreas
sólo unos pocos metros sobre el nivel del mar, inundaciones modestas
probablemente causar malestar social y económico. Contribuyendo al aumento del
nivel del mar son la expansión térmica del agua del océano y derretimiento de
los glaciares, casquetes polares y las capas de hielo.
Este conjunto
de datos presenta las mediciones de balance de masa glaciar de los registros
recopilados a lo largo de la historia de la actividad de medición del balance
de masas. Hasta ahora, estos datos se propagan a través de muchas
publicaciones, lo que puede explicar por qué los datos glaciológicos no se han
utilizado tan plenamente como podrían ser
Los cambios
en el balance de masa glaciar se deben estimar con precisión para comparar con
otros componentes del balance hídrico de la Tierra, tales como cambios en la
cantidad de agua almacenada en el suelo y los cambios en la masa de Groenlandia
y las capas de hielo de la Antártida. El vínculo crítico entre los glaciares y
el clima es el balance de masa glaciar. Los balances de masa de más de 300
glaciares se han medido en un momento u otro desde 1946. Todos estos datos
están incluidos, pero el breve análisis representado en estas tablas y gráficos
hace hincapié en el período.
Este análisis
se centra en los glaciares de montaña y las capas de hielo más pequeños, que
tienen una superficie total al menos 785x10 3 km 2. A pesar de que representan
sólo el 4% de la superficie total del hielo terrestre, que pueden haber
contribuido a tanto como el 30% del cambio del nivel del mar en el siglo 20
debido a la rápida reducción del volumen de hielo conectada con el
calentamiento global.
Para frenar
la fusión de los glaciares es difícil adoptar contra medidas realmente efectivas
mientras no se conozcan sus causas exactas y sus pautas de evolución.
Los efectos
del calentamiento global son los cambios sociales y ambientales causados
directa o indirectamente por las emisiones humanas de gases de efecto
invernadero. Existe un consenso científico que está ocurriendo un cambio
climático y que las actividades humanas son la principal causa.
Al finalizar
la última glaciación hace unos 11 000 años, la mayoría del norte de Europa y América
del Norte estaba cubierta de capas de hielo de hasta tres kilómetros de
espesor. El enorme peso de este hielo hizo que el corteza se hundiera en el
manto. Al finalizar la glaciación, cuando las glaciares retrocedieron, la
eliminación de este peso motivó una rápida elevación de la corteza debido al
empuje hidrostático del material de la corteza ejercido por el manto sobre el
que flota. Debido a la extrema viscosidad del manto, son necesarios muchos
miles de años para que la tierra alcance un equilibrio hidrostático.
El ajuste
glaciar ha causado muchos cambios significantes en las líneas costeras y los
paisajes durante los últimos miles de años, y sus efectos aún son
significativos. En Suecia, el lago Malar fue parte del mar Báltico, pero la
elevación del terreno acabó por separarlo y se convirtió en un lago de agua
dulce en el siglo XII.
Unos estudios
han demostrado que la elevación ha tenido lugar en dos fases distintas. La
elevación inicial fue rápida, a unos 7,5 cm/año. Esta fase duró unos dos mil años,
y se desarrolló a medida que el hielo desaparecía. Una vez completada la
deglaciación, el ritmo se ralentizó a 2,5 cm/año, con una reducción exponencial
desde entonces.
Hoy, el ritmo
de elevación es de aproximadamente 1 cm/año y las investigaciones sugieren que
el ajuste durará unos diez mil años más. La elevación total desde el fin de la
edad de hielo será de unos 400 m.